A) Análisis de datos históricos.
De acuerdo al contenido de la “súper tabla”, podemos identificar que en el sexenio de Manuel Ávila Camacho el Tipo de cambio se mantuvo estable, mientras que la inflación se fue a la alza en la mayoría de los años posteriores, y en cuanto al PIB se noto una cierta similitud de comportamiento con respecto a esta última. Para el sexenio siguiente (Miguel Alemán Valdez), el tipo de cambio empieza a aumentar, casi al doble, y se hace más notoria la relación entre los tres factores, ya que la inflación aumenta, sin embargo el PIB muestra solamente un ligero aumento en los primeros años de la administración. También se muestra, que cuando el tipo de cambio se mantuvo estable (desde el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines hasta mediados del de Luis Echeverría Alvares), el comportamiento de la inflación fue similar e inclusive mínimo, y por el contrario se denota un aumento con respecto a la inflación, y el más alto de la historia, al llegar a los 11.01%. Por otro lado, cuando se elevo el tipo de cambio y la inflación en 1982, durante el sexenio de José López Portillo, el PIB disminuyo de forma drástica, el cual se tradujo en los primeros números negativos de la historia. Por último, se puede mencionar que en el sexenio de Vicente Fox, se logro mantener una inflación por debajo del 10%, de igual forma un tipo de cambio “estable” y un aumento en el PIB razonable.
Para concluir, es claro que entre los tres factores mencionados, existe una innegable relación, pero que en el caso de la inflación y el tipo de cambio es similar, mientras que en el PIB resultaría de forma contraria. Es decir, a un aumento en el tipo de cambio, resultaría un aumento en la inflación y una disminución en el PIB y viceversa. Y como ejemplo, podemos mencionar la variación del tipo de cambio en 1992 durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, de 3094.08 a 3.26 (nuevos pesos), con el cual se intento estabilizar la economía, y que se logro de cierta forma, ya que lo podemos observar en la tabla anterior, de 1993 a 1994. Donde el tipo de cambio y la inflación se mantuvieron estables y se aumento el PIB.
B) Investigación.
(¿Qué es el tipo de cambio fijo y el tipo de cambio flexible?, ¿Cuáles son los efectos de adoptar alguno de estos dos modelos en una economía?)
El tipo de cambio fijo y flexible, son sistemas de tipos de cambio opuestos, en el que se establece un conjunto de reglas que utiliza el Banco central en el mercado de divisas.
El régimen de tipo de cambio libre o flexible, también se denomina como tipo de cambio flotante. Este se caracteriza, por que se determina sin la intervención del gobierno en el mercado de divisas. Es decir, que el tipo de cambio es el resultado de la interacción entre la oferta y la demanda de divisas en el mercado cambiario. En ningún país existe el régimen de flotación pura, debido a la gran volatilidad cambiaria y a los efectos en la economía real. Es por esto, que los bancos centrales suelen intervenir en el mercado cambiario para evitar las fuertes fluctuaciones del tipo de cambio. Cuando el Banco Central interviene ofreciendo o demandando divisas, el régimen se denomina de flotación sucia.
Un régimen flotante es favorable para el crecimiento y la estabilidad a largo plazo de la economía, porque el tipo de cambio se aprecia o deprecia para suavizar ciclos económicos. Un ejemplo simple sería el de un país que tiene déficit comercial, en este caso la demanda de divisas es mayor a su oferta, por lo que el tipo de cambio sube, lo que encarece los bienes transables y abarata los no transables. El proceso continuará hasta que se elimine el déficit comercial. Sin embargo, puede suceder que el Banco Central intervenga evitando que el tipo de cambio se siga apreciando o depreciando.
En el caso del tipo de cambio fijo, el valor de la moneda se fija con respecto a otra moneda, a una canasta de monedas, o a otra medida de valor, por ejemplo el oro. En los países latinoamericanos ha sido usual que el tipo de cambio esté fijo con respecto al dólar. Los tipos de cambio fijos son criticados porque, al ser un precio rígido, pueden generar rigideces y desequilibrios en la economía. Por ejemplo, un déficit de balanza de pagos se puede prolongar por un período de tiempo sin que el tipo de cambio se modifique para equilibrarla.
La fijación del tipo de cambio, puede ser útil para disminuir la inflación en el sector de transables, y debido a las conexiones con el sector de no transables, la inflación de toda la economía. Esto se ve reforzado debido a que, si existe una fuerte convicción de que el compromiso de mantener el tipo de cambio se va a cumplir, se pueden eliminar las expectativas de devaluación. Además, el control de la oferta monetaria deja de ser efectivo, debido a que bajo un régimen de tipo de cambio fijo los flujos de capitales esterilizan todo movimiento de la oferta monetaria. La experiencia histórica de los países con poca influencia en el mercado internacional de divisas indica que los tipos de cambio fijos funcionan durante un cierto período de tiempo atenuando la inflación, pero los desequilibrios que se generan se van acumulando con el tiempo, por lo que la salida del tipo de cambio fijo suele ir acompañada de otros fenómenos, como fuertes depreciaciones de la moneda, pérdidas de depósitos bancarios y salidas de capitales. Estos fenómenos suelen influir negativamente en la tasa de crecimiento.
(¿Cuál es el efecto de las variaciones en el tipo de Cambio, los precios y la competitividad a nivel internacional?)
Las variaciones en el tipo de cambio, los precios y la competitividad engloban una relación que resulta en un efecto a nivel internacional, es decir, si tomamos como ejemplo un aumento en el tipo de cambio, hablamos de una depreciación en la moneda local, y que a la vez perfila atractivo al país para las inversiones, es decir, competitivo frente a los demás socios comerciales en el mundo, además de un beneficio en las exportaciones (al captar más divisas). Por otro lado, si tomamos en cuenta que una de las definiciones del tipo de cambio se formula como: “el precio de la divisa en unidades monetarias domesticas”, se haría lógico que ante una devaluación de la moneda nacional, los precios disminuyan y sean más benéficos para los inversionistas que cuenten con divisas. Se puede concluir entonces, que el tipo de cambio es un indicador de competitividad del país comparada con la del socio comercial.